Durante el semestre enero-mayo 2022 las campañas solidarias fueron posibles gracias a la participación del Voluntariado UCC, mismo que se dio a la tarea de acopiar alimentos, útiles escolares y ropa, en beneficio de nuestros niños y jóvenes de Hogares Calasanz y Centro Social Calasanz.
Se contó con la participación de 216 alumnos de las licenciaturas en Ciencias de la Educación, Idiomas área Inglés, Comunicación y Entornos Digitales, Mercados y Negocios Internacionales, Derecho, Psicología, Ingeniería Petrolera, Ingeniería Industrial, Actuaría, así como de Economía, quienes de forma individual y colectiva trabajaron para hacer posible el derecho a la alimentación, la educación y la salud.
Esta actividad es un trabajo colaborativo entre las materias de formación humanista y la Coordinación de Desarrollo Social, pero sobre todo es la muestra de solidaridad de nuestros estudiantes al compartir lo que hay en casa y hacer campañas entre sus familiares, amigos y compañeros para lograr el objetivo.
Te compartimos algunas reflexiones de nuestros alumnos.
“El acceso a la alimentación nos afecta a todos porque es un reflejo de la sociedad que puede generar trastornos y enfermedades en las personas que no son privilegiadas de tener lo básico para vivir, por eso esta actividad que promueve la universidad me deja un buen sabor por el hecho de ponerme en el lugar de las personas que lo necesitan y darme cuenta que una pequeña acción de nuestra parte puede ser de gran ayuda para otros. Acopiar alimentos me dejó un aprendizaje positivo, de actitud solidaria con la sociedad, además que nos permite sentirse mejor como persona y trataré de hacerlo más seguido. Espero que lo recaudado sea de mucho ayuda a estos jóvenes”. Severo Rodríguez Fernández. Ing. Industrial.
“Esta campaña solidaria permite darnos cuenta de que todos estamos relacionados con el problema de la alimentación. Me deja una reflexión importante acerca de lo esencial que es el ayudar y contribuir para el bienestar de los demás. Además, me ha ayudado a reforzar los valores inculcados en el hogar de generaciones atrás sobre respetar colaborar y ayudar o ser solidario, así sea en la etapa universitaria, por eso creo que este voluntariado aportó, aunque sea de manera pequeña, una ayuda en la satisfacción de una necesidad básica como la alimentación y poder trascender con mi ejemplo a esas nuevas generaciones”. Rafael Herrera Marenco, Actuaria.
“Tengo el apoyo de la escuela para dejar mi granito de arena y poder ayudar al prójimo a través del reciclado de útiles escolares, todo ello me ha enseñado a ser solidaria y a encontrar diversas maneras de ayudar, de sentirme cooperadora ante las necesidades que se presentan en el tema educativo. Además, al reciclar útiles escolares para los niños, se evita tanta contaminación y se le da otro uso. De esta manera se puede ver el impacto en dos situaciones, solidaridad con las personas que no tienen como conseguirlos y solidaridad con el medio ambiente”. Tamara Barran Carrillo, Economía.
“Es incomparable algún pensamiento o sentimiento con el beneficio que reciben familias y niños a través de esta campaña solidaria, además, no se sabe si nosotros podremos estar en su situación y también quisiéramos el mismo apoyo, entonces me pongo en sus zapatos. Por otro lado, pude observar que a través de la donación de alimentos hay posibilidades de reducir el hambre, pero también sirve para evitar ciertas patologías a su corta edad e incluso evitar los trastornos nutricionales, por eso es importante fomentar la participación de los jóvenes en este tipo de campañas”. María Fernanda Villavicencio Gómez. Psicología.
Mtra. Dinaleht Aguilar Ambros
Coordinación de Desarrollo Social
Dirección General de Formación Integral
Junio de 2022